Recientemente vi un
reportaje sobre la preparación de los próximos Juegos Olímpicos, a realizarse en Londres y
me llamo a la reflexión muchas de las cosas que allí decían tanto entrenadores
como jugadores de diferentes disciplinas, que están constantemente preparándose
para tan importantes competencias de reconocimiento mundial.
Entendí entonces y
recordé por eventos pasados que muy fácilmente pueden compararse durante la
cotidianidad, de las actividades normales, como los estudios o el desempeño
profesional de cualquier ejecutivo, en este competitivo mundo de los negocios; Durante los Juegos Olímpicos, no ganan las personas que
tienen buena suerte, sino aquellas personas que tienen un excelente
entrenamiento y están aferrados a una muy buena disciplina.
Algunos atletas
excusan su fracaso diciendo que no corrieron con suerte suficiente, lo cual es
una buena manera de lavarse las manos y comenzar en el mismo punto donde se quedaron, en cambio
las personas triunfadoras no deben su éxito al destino, mucho menos a
talismanes o frases repetidas. Estas personas persiguen constantemente su éxito
y luchan a diario por alcanzarlo.
Los triunfos solo
se alcanzan con entusiasmo y mente positiva, en el juego de la vida podemos
ganar muchas medallas de oro, plata o bronce, pero solo si sabemos actuar con verdadera
actitud positiva ante los retos, con Fe y mucho amor por lo que estamos
haciendo, sin quitar jamás la mirada de nuestra metas, podremos obtener el
triunfo que merecemos y estamos buscando.
Si queremos subir
al pódium de los triunfos no pensemos en la suerte, trabajemos a diario por
alcanzar el ÉXITO cuyo único precio es el esfuerzo diario de una disciplina
constante y mucha Fe.
Los grandes hombres que han tenido éxito,además de su inteligencia han usado el infinito poder del entusiasmo.
Cadas individuo traza su
propio destino y sólo si sabemos mantenernos alejados de las bambalinas y falsos
aduladores, podemos concentrarnos en aquello que realmente nos lleva a cruzar
esa delgada línea que existe entre nuestra meta hacia el éxito y el segundo lugar o la siguiente competencia.
A todas
las personas se le podría decir “tu eres el resultado de ti mismo” pero en realidad
los que algunos llaman buena suerte no es otra cosa que una alta dosis de Fe en
ellos mismos, fe en Dios, sumado a la inteligencia y habilidad para usar todo su
entusiasmo en el cumplimiento y logro de sus metas.
@zorbash
@zorbash
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