abril 10, 2012

Competencia de Líderes

Recientemente vi un reportaje sobre la preparación de los próximos Juegos Olímpicos, a realizarse en Londres y me llamo a la reflexión muchas de las cosas que allí decían tanto entrenadores como jugadores de diferentes disciplinas, que están constantemente preparándose para tan importantes competencias de reconocimiento mundial.


Entendí entonces y recordé por eventos pasados que muy fácilmente pueden compararse durante la cotidianidad, de las actividades normales, como los estudios o el desempeño profesional de cualquier ejecutivo, en este competitivo mundo de los negocios; Durante los Juegos Olímpicos, no ganan las personas que tienen buena suerte, sino aquellas personas que tienen un excelente entrenamiento y están aferrados a una muy buena disciplina.

Algunos atletas excusan su fracaso diciendo que no corrieron con suerte suficiente, lo cual es una buena manera de lavarse las manos y comenzar en el mismo punto donde se quedaron, en cambio las personas triunfadoras no deben su éxito al destino, mucho menos a talismanes o frases repetidas. Estas personas persiguen constantemente su éxito y luchan a diario por alcanzarlo.

Los triunfos solo se alcanzan con entusiasmo y mente positiva, en el juego de la vida podemos ganar muchas medallas de oro, plata o bronce, pero solo si sabemos actuar con verdadera actitud positiva ante los retos, con Fe y mucho amor por lo que estamos haciendo, sin quitar jamás la mirada de nuestra metas, podremos obtener el triunfo que merecemos y estamos buscando.

Si queremos subir al pódium de los triunfos no pensemos en la suerte, trabajemos a diario por alcanzar el ÉXITO cuyo único precio es el esfuerzo diario de una disciplina constante y mucha Fe.

Los grandes hombres que han tenido éxito,además de su inteligencia han usado el infinito poder del entusiasmo.


Cadas individuo traza su propio destino y sólo si sabemos mantenernos alejados de las bambalinas y falsos aduladores, podemos concentrarnos en aquello que realmente nos lleva a cruzar esa delgada línea que existe entre nuestra meta hacia el éxito y el segundo lugar o la siguiente competencia.

A todas las personas se le podría decir “tu eres el resultado de ti mismo” pero en realidad los que algunos llaman buena suerte no es otra cosa que una alta dosis de Fe en ellos mismos, fe en Dios, sumado a la inteligencia y habilidad para usar todo su entusiasmo en el cumplimiento y logro de sus metas.


@zorbash

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